Junio

Cómo será la movilidad del futuro

Las películas de ciencia ficción nos hablan de un futuro donde los coches volarán, serán autónomos, espaciosos; trenes que viajarán a una velocidad increíble, o patinetes voladores que servirán para los trayectos cortos. Una movilidad donde la tecnología está muy presente y funcionarán con un combustible que, hoy en día, todavía no conocemos.

Y si bien es cierto que la imaginación de los creadores de estas maravillas se ha mostrado muy activa, no lo es menos que muchas de esas características han sido premonitorias y la línea entre lo real y lo ficticio es cada vez más estrecha. Y si no que se lo pregunten a un equipo de 50 estudiantes de múltiples disciplinas y áreas de estudio de la Universitat Politècnica de València que está trabajando en el desarrollo de la tecnología hyperloop para diseñar un vehículo capaz de combinar la comodidad del tren con la velocidad de un avión, llegando a alcanzar los 1000 km/h, a través de la levitación magnética dentro de un tubo al vacío. Esto permitiría, por ejemplo, unir Los Ángeles y Miami en apenas cuatro horas, un trayecto que, hoy, supera las cinco horas en avión.

Porque, al igual que la sociedad, la movilidad se está adaptando a los cambios que trae consigo la digitalización y la sostenibilidad, los dos ejes sobre los que gira su futuro. De ahí que, para responder a la pregunta, ¿cómo será la movilidad del futuro?, sea importante escuchar qué tienen que decir esos dos factores.

Así, la tecnología, a través del internet de las cosas, el big data y la inteligencia artificial por ejemplo, va a impulsar una movilidad inteligente, donde los vehículos se comunicarán con las infraestructuras (semáforos, zonas de aparcamiento,…) y su entorno (otros coches, agencias de tráfico…) para ofrecer al conductor información en tiempo real. Unos vehículos diseñados para aumentar la eficiencia y también para garantizar la seguridad y reducir la siniestralidad.

Por otro lado, el interés por ir reduciendo la huella de carbono del parque automovilístico está haciendo que los medios de transporte o bien sean eléctricos o bien utilicen energías renovables a través de biocombustibles, fabricados a partir de residuos, o del hidrógeno verde.

En toda esta transformación es importante contar con el asesoramiento de expertos que ayuden a las empresas a hacer frente esos grandes retos: minimización de las emisiones y el impacto ambiental, el desarrollo de biocombustibles o la optimización del coche eléctrico. Expertos como los de REDIT Mobility, proyecto colaborativo que engloba las capacidades tecnológicas de los 11 institutos tecnológicos de la Comunitat Valenciana en materia de Movilidad, y que, con sus más de 2.000 profesionales de alta especialización y su experiencia, se ha posicionado como referente de I+D+i en el ámbito de la movilidad, incluyendo los sectores de la Automoción, los Medios de Transporte y las SmartCities.

Esta red, coordinada por el Instituto de Biomecánica (IBV), y que cuenta con el apoyo del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i), cuenta ya con más de una veintena de desarrollos y avances en materia de sostenibilidad, almacenamiento energético, sistemas inteligentes de interacción con la persona, nuevas tecnologías de fabricación, descarbonización y materiales avanzados. Para ello cuentan con iMoLab, un laboratorio de movilidad inteligente, con competencias en el ámbito de las infraestructuras para la movilidad (ITENE, AIDIMME y AIMPLAS), las necesidades y expectativas de las personas (IBV), la energía (ITE) y las comunicaciones (ITI). A través de este laboratorio podrán desarrollarse nuevas soluciones innovadoras en el ámbito de la movilidad, y evaluarse su viabilidad.

Por ejemplo, en materia de sostenibilidad, AIMPLAS, AITEX e ITC cuentan con soluciones como una ventana de avión de composite termoplástico reciclado a partir de residuos de la propia aeronave; materiales compuestos con distintos núcleos y refuerzos fabricados por tecnología RTM, o una batería ion-litio funcionando con cátodo regenerado mediante reciclado directo, respectivamente. Además, los nuevos materiales van a permitir la fabricación de piezas a medida, sin necesidad de grandes tiradas, con procesos de cero desperdicios y con geometrías hasta ahora inimaginables. En esta línea, AIDIMME ha desarrollado piezas para los nuevos vehículos, diseñadas con el uso de tecnologías de fabricación aditiva.

Y por supuesto, para ese vehículo sostenible, que en muchos casos es eléctrico, es necesario ofrecer soluciones de recarga. En este sentido, ITE ha diseñado múltiples soluciones de recarga basadas en estrategias de SmartCharging, que permiten realizar la carga de un vehículo eléctrico de forma programada y, gracias a la inteligencia artificial, adaptar la recarga a las restricciones de red o de precios.

En materia de digitalización, se trabaja en dotar de inteligencia y conectividad a todos los elementos que forman parte de la movilidad, para que se comuniquen entre ellos, interaccionen y que formen parte de una red comunicada e inteligente que tome decisiones que mejoren la eficiencia y la seguridad. En esta línea, ITENE cuenta con soluciones en las que infraestructura y vehículo se comunican para lograr un reparto de mercancías más eficiente como, por ejemplo, un locker integrado en vehículo autónomo para distribución de última milla. Por su parte, ITI, centrándose en la innovación impulsada por datos, ofrece diferentes innovaciones tecnológicas como una plataforma para optimizar el transporte público (EUHubs4Data) o un sistema de planificación de rutas de reparto (RoutingMaps), entre otras.

Y hablando de movilidad del futuro, no hay que olvidar que el centro de esa movilidad son las personas. Así, gracias a los laboratorios de iMoLab, en REDIT Mobility están estudiando vehículos adaptables a tu cuerpo y a tus preferencias, que monitorizan el estado del conductor por si sufre algún problema de salud; con una conducción autónoma que puede desplazarnos al punto de recarga más próximo para alimentar la batería eléctrica; que se adelantan a las necesidades del usuario e incluso se adaptan a los requerimientos de personas dependientes o con movilidad reducida.

Tal y como ha señalado el coordinador de REDIT Mobility, Javier Sánchez, «la movilidad inteligente tiene que prestar servicio a las personas y, al mismo tiempo, ser inteligente en cuanto a cómo desarrollarse sin poner en riesgo el medioambiente y el planeta”. Además, debe ser «fácil de aprender y utilizar», porque «no se trata solamente de que cada vez tengamos más controles que tengamos que aprender a tocar”, sino de que «los sistemas sean capaces de entender nuestras emociones, de conocer nuestras necesidades, que de alguna forma habremos de comunicarles, para prestarnos el mejor servicio”.

Así podemos decir que la movilidad del futuro estará conectada y será sostenible, más segura y eficiente y, por encima de todo, pondrá en el centro a las personas y sus necesidades y será accesible a toda la población.

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