Octubre

Digitalización y Patrimonio, cómo la tecnología ayuda a conservar nuestra historia

El patrimonio histórico y cultural es un legado que no solo está para disfrutarlo nosotros. También debemos conservarlo para las generaciones futuras. Y eso requiere de un gran esfuerzo de mantenimiento, rehabilitación y mejora en su gestión. Las numerosas amenazas naturales o causadas por los humanos contra nuestro patrimonio cultural pueden ir desde la contaminación, las inundaciones y la erosión por el viento, hasta el vandalismo o el mantenimiento inadecuado.

Un esfuerzo que es ahora más fácil de realizar gracias al potencial que tiene las nuevas tecnologías para mejorar la conservación y gestión del patrimonio. Así, modelos virtuales, en 3D, uso de drones, realidad virtual, sistemas de monitoreo y sensores, internet de las cosas, tecnologías de fabricación aditiva… son solo algunas de esas herramientas que desempeñan un papel vital en la preservación y restauración de nuestro patrimonio, y que también facilitan el acceso global a estas piezas a través de plataformas en línea, democratizando así el conocimiento y el disfrute del patrimonio.

En este contexto, desde la Unión Europea se han destinado muchos recursos a proyectos centrados en utilizar la tecnología para mejorar la gestión del patrimonio histórico y cultural europeo, con proyectos que por ejemplo han aprovechado tecnologías como la modelización 3D y la realidad aumentada, así como una cooperación internacional más exhaustiva, para aumentar la accesibilidad y el disfrute de los museos como instituciones clave de la conservación y preservación culturales. Además la Comisión Europea ha reconocido el trabajo realizado por España, recomendando digitalizar para 2030 todos los monumentos en riesgo de degradación, siguiendo el modelo español.

Este liderazgo en digitalización patrimonial de España en Europa se basa en proyectos como el del Museo Municipal de Valdepeñas, que ha creado gemelos digitales de más de 250 piezas arqueológicas, superando al British Museum en número de piezas digitalizadas en 3D; el gemelo digital de la catedral primada de Toledo, que ayuda a su preservación, o la experiencia inmersiva de la catedral de Cádiz, con recreaciones generadas por ordenador que permiten a los visitantes ver la ciudad en diferentes momentos históricos, creando una narrativa que sumerge al visitante en el contexto temporal que se está explicando.

También la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT) ha contribuido con sus investigaciones a utilizar la tecnología para proteger el patrimonio histórico y cultural. Por ejemplo el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) dentro del proyecto 3DRestaurAM ha replicado el mítico Fadrí de Castelló, mediante diferentes tecnologías de fabricación aditiva o impresión 3D y diferentes materiales. El objetivo de este proyecto, financiado por IVACE+i con Fondos Feder es ofrecer una solución global a la restauración de piezas únicas de gran riqueza patrimonial y cultural que incluye técnicas de escaneado, modelado y fabricación de prototipos.

Otro proyecto, en este caso del programa Interreg Sudoe de la Comisión Europea, que ha coordinado ITC es CERAMIC+, que pretende preservar y modernizar la artesanía tradicional de la cerámica mediante la incorporación de tecnologías innovadoras, impulsando al mismo tiempo la capacidad innovadora de las pyme del sector. Ante la progresiva desaparición de los oficios ancestrales de la cerámica, el proyecto CERAMIC+ responde a la creciente demanda ciudadana de recuperar la artesanía tradicional, tanto en el diseño contemporáneo como en la decoración de interiores. El objetivo es claro: preservar este patrimonio cultural y, al mismo tiempo, garantizar su transmisión y adaptación a los retos actuales.

Por su parte AIDIMME ha participado en distintos proyectos, como SISPATINT 2023, financiado por la Generalitat Valenciana. Este sistema de sensores inalámbricos que detectan la humedad, los hongos, la carcoma o las termitas mediante algoritmos de inteligencia artificial en obras de arte, funciona mediante inteligencia artificial, y permitirá ahorrar millones en salvaguardar patrimonio histórico. SISPATINT se ha puesto en marcha de forma piloto en la Comunitat Valenciana en edificios históricos como la Catedral de València o el Mercado Central, en barrios como el Cabanyal donde la humedad crea condiciones para la aparición de termitas, y en otros puntos de España, como el Museo Caprotti o algunos tramos de muralla en Ávila, y del extranjero, como en el Museo Vasco de Bayona, en Francia. Este proyecto es pionero en el mundo y ha atraído la atención de la Universidad de Melbourne y del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Otro proyecto en el que ha participado AIDIMME es Smart Heritage City (SHCITY), del programa Interreg Sudoe, que ha conseguido desarrollar un sistema integral de gestión en una ciudad patrimonial (software y hardware), basado en cloud computing, que permite a las administraciones optimizar la gestión del Patrimonio inmueble a nivel cuantitativo, ahorrando recursos, y a nivel cualitativo, mejorando su conservación. Para ello se han aprovechado las tecnologías de monitorización, las redes de sensores y las aplicaciones de cloud computing, creando un sistema escalable e integrable de control de la conservación del edificio, la seguridad, y el gasto energético que se ha apoyado con un sistema completo de gestión de visitas. El resultado final ha sido un sistema desarrollado e instalado que unifica varios ámbitos (conservación preventiva, eficiencia energética, seguridad, y gestión) y permite la configuración adaptada a los requisitos de diferentes escenarios. El uso del sistema redunda en una mayor prevención de las obras y en un ahorro significativo, tanto en la partida energética, como en la de mantenimiento. Además, al tratarse de una gestión integral, la visión global de los gestores mejorará las regulaciones sobre prevención y mantenimiento del patrimonio.

Ejemplos todos ellos de cómo la tecnología está transformando y facilitando la gestión del patrimonio. Algo que, sin duda, es un desafío complejo. Por un lado, cada vez somos más conscientes de la urgencia de proteger obras y sitios históricos ante el paso del tiempo y el impacto del cambio climático. Por otro lado, esa protección debe realizarse sin alterar la integridad de los bienes culturales. Y ante ese reto, la tecnología puede ayudar a proteger y gestionar el patrimonio de manera más efectiva y preventiva. La digitalización de documentos antiguos, la creación de modelos 3D de monumentos históricos y la aplicación de inteligencia artificial en la identificación de artefactos son solo algunos ejemplos.

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