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Ideas, talento… y dinero

Si a alguno de vosotros se os ocurriera ir en busca del sueño americano, tendríais que haceros tres preguntas: ¿tengo talento? ¿y una buena idea? ¿seré capaz de atraer dinero para materializarla? Si podéis responder a estas tres cuestiones de forma positiva, cruzad el charco y perseguid vuestros anhelos.

Lo que ocurre en EEUU con la innovación y los emprendedores es bastante diferente a lo que sucede en el resto del mundo. El país de las oportunidades, como ellos mismos se denominan, cuenta con un empuje de la administración federal y estatal difícilmente igualable. Y como diríamos en la terreta…..en diners, torrons!

REDIT ha tenido la ocasión de compartir tiempo y experiencias con algunas de las agencias financiadoras de la I+D+i más importantes de USA durante la primera semana de octubre de 2019. Junto con 7 institutos tecnológicos de la Red (AIJU, AIMPLAS, AITEX, IBV, INESCOP, ITENE e ITI) y el apoyo inestimable de la Delegada de IVACE en Nueva York, hemos comprobado la importancia que estas agencias dan a las buenas ideas cuando implican un negocio emprendedor y tienen como resultado final un gran impacto social que beneficia al conjunto de la ciudadanía.

No les preocupa demasiado en qué se invierte el dinero siempre que, en un plazo razonable, surjan tecnologías de la imaginación de unos cuantos atrevidos bien preparados, eso sí.

Porque si hay algo que ellos valoran es el talento. Y, para mal o para bien, en EEUU se concentra mucho ingenio. Las grandes universidades como Standford, Harvard, MIT, etc… son el germen de hombres y mujeres capaces de asumir grandes desafíos, ya que se les inyecta la innovación y el emprendimiento desde bien pequeños.

De igual forma, la administración pública juega un papel destacado. Como nos comentaron antiguos directores de DARPA, la agencia de investigación avanzada del Ministerio de Defensa americano, tras el sorpresivo movimiento de la Unión Soviética con el lanzamiento en 1957 del primer satélite artificial de la historia, el Sputnik, el Presidente Eisenhower, se dirigió a este Ministerio para indicarles que nunca más serían los segundos. Debían prevenir la sorpresa tecnológica. Desde ese momento, todos los esfuerzos de este país se centraron en potenciar la I+D+i como mecanismo de defensa y como elemento disuasorio frente a otros países que podrían resultar poco “amigables”.

Pues bien, pasadas unas cuantas décadas, lo cierto es que esta afirmación ha garantizado el crecimiento y consolidación de 17 agencias públicas federales que financian la I+D+i aportando grandes sumas de dinero a buenas ideas que se transforman en tecnologías que cambian el mundo.

Porque no nos equivoquemos, la financiación de estos desarrollos proviene en una parte pequeña del sector privado, y mayoritariamente, de la administración americana, bien sea a través de estas agencias o bien a través de programas como el Manufacturing Extension Partnership (MEP program).

La Red Nacional del MEP está formada por 51 Centros ubicados en los 50 estados y Puerto Rico, y sus más de 1.300 expertos en manufactura proporcionan a cualquier fabricante de EE.UU. acceso a los recursos que necesitan para mejorar sus productos, procesos etc…

Su fortaleza es la asociación público-privada, diseñada desde el principio como un programa de participación en los costes de ejecución de la I+D+i. Las asignaciones federales cubren la mitad de dichos costes y la otra parte se salda con financiación estatal o local y con la colaboración de entidades privadas. Además, sirven como puente para otras organizaciones de investigación federales que también tienen como objetivo mejorar la competitividad de sus fábricas.

Asimismo, y desde el punto de vista del sector privado, también existe el empuje de diferentes asociaciones empresariales estatales que buscan influir en las diferentes líneas estratégicas gubernamentales y que actúan como dinamizadores de la triple hélice (administración, academia/conocimiento, empresa) para activar el flujo de la I+D+i y garantizar la ejecución de proyectos de alto valor añadido para la sociedad americana.

En definitiva, EEUU cuenta con un sistema de innovación cuya base es la financiación pública con el apoyo de organizaciones empresariales para garantizar la conexión entre el conocimiento y la empresa. Algo parecido a REDIT y los institutos tecnológicos que la integran. Colaboración público-privada para mejorar la calidad y el bienestar de nuestros/sus ciudadanos, aunque con diferentes presupuestos.

Como dijo Barack Obama, tienen el ejército más poderoso de la historia, pero no es eso lo que los hace fuertes.

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