En España, en diez años, hemos pasado de 8,25 millones de personas mayores de 65 años a 9,69 millones, lo que supone un aumento del 17,38%, según los datos del INE. Y si nos fijamos en el colectivo de más edad, el incremento es muy superior. El número de personas con 85 y más años ha crecido un 35% en la última década. Y el de centenarios, más del 36%. Por contra, la cifra de niños de entre 0 y 10 años ha descendido un 15,5% (de los 5.310.989 contabilizados en 2013 hemos pasado a 4.489.838 en 2023).
Los datos constatan el envejecimiento de la sociedad, pero también la longevidad de los españoles. De ahí que cada vez sea más relevante, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), desarrollar políticas e iniciativas tales como la potenciación de las actividades de envejecimiento saludable, el desarrollo de un sistema integrado de cuidados centrados en la persona, la integración de tecnologías de seguimiento a distancia o la implementación de nuevos modelos innovadores de atención sociosanitaria.
¿Qué es el envejecimiento activo y saludable? Según la OMS es el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que facilita el bienestar en la vejez. Esto implica adoptar un enfoque integral que promueva la salud física, mental y social de las personas a medida que envejecen. Es decir, no se trata solo de vivir más años, sino también de disfrutar de una calidad de vida adecuada y de continuar participando de manera activa en la vida social y familiar.
Y en este contexto, la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (REDIT) está trabajando en distintos proyectos para impulsar innovaciones tecnológicas dirigidas al envejecimiento activo y saludable y mejorar la atención sociosanitaria en la Comunitat Valenciana. Como IMPULS, un proyecto desarrollado por IBV que plantea desarrollar una solución tecnológica que facilite la identificación temprana de variables de vulnerabilidad y fragilidad en el proceso de envejecimiento; detectar, seleccionar y validar innovaciones tecnológicas disponibles en la Comunitat Valenciana para la permanencia en el hogar, y analizar en contexto real soluciones y recursos especialmente adaptados a los procesos de envejecimiento saludable, la toma de conciencia del autocuidado y para el apoyo de la realización de actividades de la vida diaria en el hogar. Además IBV cuenta con una base científica sólida sobre envejecimiento que les permite desarrollar proyectos en torno a las personas mayores y personas en situación de dependencia, fragilidad y/o discapacidad para mejorar su calidad de vida.
También AIJU, a través de su área de Ocio Terapéutico para la Salud, está trabajando en proyectos de investigación relacionados con el ocio terapéutico dirigido a mejorar las capacidades cognitivas y físicas de nuestros mayores con el objetivo de desarrollar juegos basados en las tecnologías de la sociedad de la información que, usando interfaces avanzados de visualización e interacción, posean un alto valor terapéutico y preventivo que permita disfrutar de nuevas opciones de ocio mientras mejoran sus habilidades cognitivas, funcionales y sociales. Un ejemplo es el proyecto IINTELIENTIAL, que se apoya en las potencialidades del juego para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, usando las nuevas tecnologías.
Pero, además, es necesario que el sector salud avance hacia una transformación digital profunda, invirtiendo en procesos estructurales basados en nuevas tecnologías y adoptando medidas para impulsar esta transformación, creando sistemas de salud modernos e interconectados. Como el proyecto Bigsalud, en el que ITI lleva trabajando desde 2019, y que está orientado a desarrollar técnicas de Big Data e Inteligencia Artificial en el sector sanitario con un objetivo claro: mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades crónicas que, según la OMS, son las responsables del 63% de las muertes en Europa. La eliminación de los riesgos más importantes permitiría prevenir las tres cuartas partes de la carga atribuible a enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, diabetes, y cáncer.
Otro ejemplo es el proyecto Recbone, en el que IBV ha colaborado con D.B. Innovasan, Eresa, Fresdental Surgival, Industria Médica Alicantina, Biovac España y Biomet 3i Dental Ibérica, en el diseño y la fabricación de productos sanitarios para la reconstrucción osteoarticular y la generación de modelos anatómicos, mediante la combinación de tecnologías como la impresión 3D y la Inteligencia Artificial (IA). Hay que tener en cuenta que los trastornos osteoarticulares son actualmente una de las enfermedades más frecuentes y afectan a entre el 10 y el 40% de la población general, según diversos estudios.
La impresión 3D y tecnologías como hot melt extrusion o compounding farmacéutico, están detrás del proyecto Deglumed de Aimplas, Instituto Tecnológico del Plástico, que se ha centrado en el diseño de medicamentos y nutracéuticos que resulten fáciles de tomar. Hay que tener presente que más de dos millones de personas en España padecen disfagia (30 millones a nivel europeo). Además, estudios recientes destacan que una de cada cuatro personas mayores de 70 años, el 45% de los enfermos de ictus y el 60% de los residentes geriátricos sufren un grado u otro de disfagia. También las personas con patologías neurodegenerativas, como el Alzhéimer o el Parkinson están entre la población de riesgo. Para ellas, la toma de medicamentos puede suponer un verdadero desafío.
Proyectos que mejoran la calidad de vida de las personas mayores y que también van encaminados a mejorar el sistema de salud. Por ejemplo, a través del proyecto MOVeR, desarrollado por el ITE, se pretende ampliar las oportunidades de movilidad en el ámbito extraurbano y rural de la Comunitat Valenciana ofreciendo un servicio de acceso a los centros sanitarios para personas en riesgo de exclusión (principalmente personas mayores o con discapacidades que viven en zonas rurales) y potenciando la vida en zonas de interior con riesgo de despoblación a medio-largo plazo.
El envejecimiento activo y saludable es uno de las prioridades de especialización donde la Comunitat Valenciana quiere priorizar sus recursos en I+D+i, concretamente enmarcada dentro del objetivo de Innovar para las personas. Para ello se pretende integrar la innovación y las nuevas tecnologías y materiales en la mejora de la atención a personas dependientes o crónicas; aprovechar el conocimiento en biotecnología y TICs aplicadas a la salud con orientación al mercado y así conseguir un tejido empresarial competitivo (spin-offs, startups, diversificación de empresas existentes de otros sectores etc.); integrar la innovación, el desarrollo de nuevas tecnologías y la digitalización en la adaptación de los puestos de trabajo al envejecimiento activo del mercado laboral, y mejorar las capacidades digitales y adaptar los desarrollos de nuevas tecnologías al usuario favoreciendo la inclusión (género, edad, diversidad funcional, etc.) y reduciendo la brecha digital.