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El impacto del COVID en el día a día de los innovadores

Hace unas semanas compartimos el estudio “Radiografía del innovador, edición COVID”, que hemos hecho en Innolandia y que tenía dos objetivos

  1. Analizar el perfil de las personas que trabajan en innovación
  2. Estudiar el impacto que el COVID ha tenido en nuestro día a día.

El motivo es simple. Como economista algo que siempre me ha gustado es el enfoque micro de los fenómenos económicos.

El comportamiento de los agentes. De las personas individuales.

Y en Innolandia hemos publicado varios estudios centrándonos en el día a día de los innovadores. Los agentes micro de la innovación.

Porque está demostrado que las grandes políticas, las grandes estrategias macro, a nivel país o región, hay que aterrizarlas para que sean efectivas.

En este post voy a compartir las conclusiones del segundo objetivo, pero sobre todo, los retos a los que nos enfrentamos como profesionales de la innovación, tanto los que trabajan en REDIT como los que lo hacen en las empresas a las que se ayudan los centros tecnológicos.

  1. El COVID ha afectado de forma extrema. Para bien y para mal.

En el estudio hemos identificado dos actitudes muy extremas.

Por un lado el 37% de los profesionales (y por tanto las empresas en las que trabajan) dicen que han acelerado los proyectos de innovación.

Incluso el 25% indica haber aumentado los presupuestos. Es un claro ejemplo de personas y organizaciones que han visto una oportunidad y la quieren aprovechar.

Por otro lado, el 39% confirma que ha parado proyectos. Han sido motivos diferentes: ERTEs, incertidumbre, acceso a clientes, pero que han obligado a cambiar prioridades.

La buena noticia, es que sólo el 16% ha reducido el presupuesto de innovación de forma inmediata. Veremos a ver en 2021.

  1. El teletrabajo sí afecta al día a día de la innovación.

Como podía esperarse, más del 80% de los profesionales de la innovación han probado el modo de teletrabajo.

Es algo obvio, teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los innovadores trabajamos con conocimiento, que es intangible y se puede gestionar de forma remota.

La dificultad fundamental ha surgido en el desarrollo de productos físicos, que requieren de laboratorio o pruebas presenciales. Ahí es donde se han ralentizado los proyectos, durante estos meses.

Pero el teletrabajo ha tenido impacto en nuestro día a día:

  • Recibimos más emails (55% de las personas confirman recibir un poco o mucho más que antes.)
  • Asistimos a más reuniones (55%)
  • Tenemos una sensación de tener más trabajo (56%)
  • El 46% afirma haber reducido la posibilidad de contacto con los clientes

Y estos síntomas reflejan una causa profunda.

Hemos perdido los espacios de comunicación informal, el pasillo, la cafetería o acercarnos a la mesa de un compañero.

Incluso entrar a una sala vacía a pintar en una pizarra para resolver un problema con un compañero.

Estos espacios informales, claves para la cultura innovadora, se han sustituido por reuniones virtuales y webinars. Hasta el infinito y más allá.

¿Quién no está hart@ de tener la agenda a reventar de reuniones de Teams?

Nos hemos pasado tanto de frenada que Google ya ha creado “las semanas sin reuniones”. Quizás es algo que deberíamos plantearnos.

  1. Para adaptarnos necesitamos una curva de aprendizaje

Cualquier cambio supone una curva de aprendizaje.

Y eso es lo que nos está pasando.

Ante la necesidad de tener que trabajar desde casa, hemos adoptado una media de 3 medidas cada persona, aunque destacan fundamentalmente 2:

  • Trabajar en entornos colaborativos (Teams, Google…) – 76% de los encuestados
  • Asistir a webinars y cursos online (71% de los encuestados)

Pero estas adaptaciones llevan tiempo, una curva de aprendizaje. De ahí la sensación de más trabajo que tenemos en el día a día.

En el estudio el 60% (sí, 60%) dice que la primera barrera actualmente para innovar es la falta de tiempo. Cuando en el estudio de 2018 lo indicaban “sólo” el 20%.

Es todo uno. Cambios, nuevas herramientas, tiempo de adaptación, sensación de que no llegamos y falta de tiempo.

Es una bomba de relojería para aumentar el estrés y reducir la creatividad.

Conclusión

Definitivamente el COVID nos ha afectado en el día a día de los profesionales de la innovación.

Algunos han optado por acelerar y lanzarse a aprovechar las oportunidades, mientras que otros, por diferentes condicionantes están más precavidos.

Pero lo que es seguro es que estamos ante un nuevo contexto marcado por cambios drásticos ante los que debemos adaptarnos el trabajo diario:

  • en las necesidades de los clientes,
  • en las prioridades de las empresas,
  • en las relaciones personales para los proyectos y
  • con nuevas herramientas digitales que debemos aprender a manejar para ser eficientes

Sólo así podremos seguir empujando para demostrar que la innovación es parte de la solución a esta pandemia.

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